Czesław Miłosz - Premio Nobel de Literatura 1980
A pesar de que es frecuentemente ignorada en la historia literaria, al escritura de Polonia ha ejercido una influencia enorme sobre el arte a nivel mundial.
Uno de los representantes de mayor renombre de la literatura polaca es Czeslaw Milosz. El autor fue un gran exponente de las corrientes modernas de su país durante el siglo XX, contribuyendo a la expansión de la cultura polaca.
La influencia que tuvo internacionalmente le permite ser recordado como un importante contribuyente de los estilos artísticos vanguardistas en Polonia.
Nace en la localidad de Szetejnic en 1911. Estudia en la Universidad de Vilna la carrera de Derecho. No obstante, su pasión por la literatura siempre lo acompañó.
Con tan solo veinte años de edad, fue fundador de un grupo de arte vanguardista en Vilna. Esta agrupación destacó por seguir movimientos catastrofistas y absurdistas.
En este momento, comienza a trabajar como redactor literario para un programa de radio. Ahí es cuando escribe sus primeras recopilaciones poéticas, Poema del tiempo congelado en 1933 y Tres inviernos, de 1936.
Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó como bibliotecario, alejándose de sus obligaciones bélicas. En este momento, escribió poemas con temáticas patrióticas firmadas con un pseudónimo.
Debido a su importante rol en la literatura, participó como agregado cultural en las embajadas de Washington y París en el período posguerra.
Influencias y temáticas literarias

Los viajes realizados a diversos países europeos le sirvieron a Czeslaw Milosz como fuente de inspiración para sus escritos. Su experiencia en el territorio francés lo llevó a escribir El pensamiento cautivo, publicado en 1953.
Esta es una obra con gran inclusión histórica que ofrece una explicación del entorno social y político que se llevó a cabo en la época del comunismo polaco.
El autor hace un fantástico trabajo en explicar las consecuencias mundiales de este estilo de gobierno en su país natal. Esta obra ayudó a solidificarlo como símbolo de la literatura polaca, ayudando a llevar la historia de su país al mundo.
En 1960, viaja a Norteamérica, donde se residencia en Berkeley. Allí fue docente de la cátedra de literatura polaca en la Universidad de California.
El autor disfrutaba de toda clase de ramas literarias, destacando en obras novelísticas y ensayos. Aun así, su verdadero fuerte eran los poemas, motivo por el cual es recordado hoy en día.
Sus versos llenos de influencias de la cultura polaca permitiría que ésta se diera a conocer en muchos países.
Aunque describía a su país con gran amor y admiración, también detalló los horrores de la difícil época por la que atravesó Polonia durante su juventud.
Extensión de su obra y reconocimiento
Su estadía en París lo impulsó a escribir dos grandes recopilaciones poéticas: Luz del día, publicada en 1953, y El rey Popiel y otros poemas, que sale a la luz en 1962.
Las obras que escribe en Estados Unidos presentarían tonalidades de mayor madurez, incluyendo Pepito encantado, Ciudad sin nombre e Himno sobre la perla.
En este país se mantendría escribiendo y dictando clases por el resto de su vida, mientras el mundo le arrojaba aclamación y reconocimientos por su trayectoria.
Luego de una larga carrera de éxitos, Czeslaw Milosz recibe el mayor galardón del mundo de la escritura en 1980. Se le es otorgado el Premio Nobel de Literatura debido a la humanización de las problemáticas más graves de su tierra.
La obtención de este valioso reconocimiento no solo significó un tributo hacia la carrera del autor. También fue un honor hacia la literatura polaca para la época, que había sido representada de manera perfecta a través de sus obras poéticas.


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