Los jóvenes y el compromiso sentimental
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Ni el poema de amor más bonito del mundo, ni el beso perfecto en París con nieve y bajo la Torre Eiffel, haría que las flechas de cupido atravesaran el corazón acorazado de una generación que teme al compromiso. Rechazan cualquier relación que implique pasar más de media hora juntos en una cama de muelles a las cinco de la tarde. En una cama, con suerte.
Las experiencias de una persona, los pensamientos intrusivos y el temor a perder a la persona que amas son los tres jinetes del apocalipsis a la hora de sumergirse en una relación. Según Manuel Escudero, psicólogo clínico: «La preocupación por esto no es real. La persona magnifica las consecuencias negativas de algo que no ha pasado y solo es una anticipación de aquello que podría ocurrir». A este fenómeno se le podría llamar también incertidumbre. El arte de no saber que hacer con tu vida a largo plazo. Antes de que llegase una pandemia para truncar los planes de futuro, ya se habían torcido de manera considerable por auto sabotaje.
Preferir no implicarse a pasar el sufrimiento de una ruptura es una opción tan válida como implicarse porque, pase lo que pase, merecerá la pena. El Instituto Terapéutico de Madrid señala que: «el organismo, ante esa situación que considera peligrosa, responde de la misma forma que frente al león: activándose y llevando a cabo conductas de evitación y escape». Las conductas a las que se refiere son escusas baratas: «es que tiene miedo al compromiso» o «huye porque no quiere que le hagan daño».
Sin embargo, Escudero propone unos consejos para mejorar en este aspecto. No es lo mismo el miedo al compromiso que la elección personal de rechazarlo. Así es. Pongamos un ejemplo rápido: Pepe y yo nos gustamos, pero tengo miedo al compromiso y por eso lo rechazo / No me gusta Pepe y yo a él sí, lo rechazo unilateralmente. Otro de los consejos que plantea es valorar lo positivo que aporta la relación y pensar sobre ello. Está claro que, si no se encuentra nada, hay un problema.
También plantea errores y comportamientos que deberían evitarse. No generar expectativas falsas y no jugar con los sentimientos de la otra persona. En ningún caso se perdona divertirse con un corazón que no es el tuyo. El pensamiento más recurrente cuando se dan problemas en la relación es que la otra persona va a cambiar. ¿A caso tú vas a cambiar? Llega una edad en la que no se cambia. Por nadie.
Permítete el placer de amar y ser amado, porque amar es sinónimo de dar. Puro altruismo. El amor es una herida que siempre deja cicatriz. Y por cada persona, una nueva. Algunas veces se gana y se convierte en la Bella y la Bestia, y otras se aprende para evitar cometer los mismo errores. «El amor es un acto de voluntad que se aprende y se emprende», recuerda el psicoanalista alemán Erich Fromm.

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Andrea Taboada
Soy Andrea Taboada, gallega de 23 años perdida en Valladolid. Periodista y escritora de vocación. Universitaria a tiempo completo. Extrovertida, divertida y habladora, siempre tengo alguna historia que contar. Instagram: @andreacabreada&@escritoenprosa_